24 de febrero de 2015

Sus últimas uvas

Son muchas las cosas que pensamos que habíamos hecho de otra forma cuando ya no tenemos a nuestro lado a las personas que queremos. Quizás, solo quizás, le habríamos dicho más veces que la queremos, que con una sola de sus sonrisas alimenta la nuestra durante meses; le habríamos dado muchos más besos al despedirnos, e incluso habríamos pasado esos últimos 5-10 minutos que "no tenía nada que hacer" a su lado. Habríamos superado la pereza para levantar el teléfono y hacer una llamada de cortesía más... ¿De cortesía? Más bien de cariño, de amor, de aprecio, de respeto.
Respeto por la fuerza, la lucha y la entrega. Por querer más que nadie, por aceptar sus miedos, por seguir luchando hasta el último día.

El 10 de enero fue uno de esos días especiales, y es que ese día se fue al Cielo mi abuela María.

Si la hubiésemos conseguido convencer para que se sentara en una silla de ruedas, le podríamos echar la culpa a eso, podríamos decir que como dejó de moverse, eso se la llevó por delante; pero lo cierto es que el día 2 de enero estaba comentando que había puesto "un lavao" y que iba a cenar jamón y un poco de "lomo en caña".

Habrá mucha gente que te echará de menos, eso seguro, desde el abuelo, por el que rezaremos y al que tendremos que apoyar incesantemente; la tita Mari, que tenía una parte importante de su día ocupado y animado alrededor de la abuela; a mi padre, al que tantos años llevo viéndole pasarse a hacer una visita a "su casa"; el resto de la familia, esta enorme familia, que tantas nocheviejas y momentos inolvidables han compartido contigo... Y yo, yo también te echaré de menos. Cuando vuelva por Pilas me faltará una de las pocas personas que hacían que se me encogiera el corazón cuando me iba. Nunca lo entendiste, y aceptabas a regañadientes cuando te decía que estaba haciendo aquello que me hace feliz, "con lo bien que estarías aquí, llevando a tu abuelo al sindicato y dándole una vuelta por las tardes a estos dos viejos".

De esas cosas que supongo siempre recordaré, es esa abuela que disfrutaba escuchando mis historias incluso cuando ya casi ni te enterabas y que cuando paraba a tomar aire, total como no te estabas enterando, me preguntabas algo totalmente diferente...

TE ECHARÉ DE MENOS ABUELA.

PD: Escrito el mismo día que me dieron la noticia como tributo, podéis acusarme de pasteloso y sentimentaloide si queréis.